Urgencias hospitalarias:
Sube número de pacientes heridos a bala y agresiones a funcionarios de la salud que los atienden

Múltiples testimonios de trabajadores de la salud indican que los pacientes baleados van en aumento. El único registro del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), sobre pacientes hospitalizados heridos con arma de fuego, indica que aumentaron entre 2011 y 2021, pasando de 785 a 915. Pero esa cifra se queda corta: no se contabiliza a pacientes con impacto de bala que llegan a urgencias y se van el mismo día, tal como lo constató este reportaje en varios hospitales. Los relatos de funcionarios hablan además de un incremento en las agresiones que sufren. El registro oficial indica que si en 2019 –año en que recién se empezó a medir el fenómeno– se contaron 1.726 agresiones a trabajadores de la salud, en 2022 la cifra ya va en 3.556.

Por Luna Ángel (Vergara 240), Rodrigo Verdejo (Vergara 240) y Nicolás Massai (CIPER)

Ya había anochecido en Santiago cuando el hombre herido de bala llegó hasta la esquina de San Gregorio con Quilpué, en la comuna de La Granja. Desde el Servicio de Atención Primaria de Urgencia (SAPU) que opera en esa intersección dos funcionarios salieron a socorrerlo, pero se toparon con un vehículo del que descendió un sujeto con un arma automática. El hombre disparó una ráfaga para asegurar la muerte del paciente, pero también alcanzó a uno de los funcionarios del SAPU. Recibió dos balazos.

–Uno a la altura del tórax y otro en el abdomen (...), quien fue derivado al Hospital Padre Hurtado –se lee en la querella interpuesta por Felipe Delpin, alcalde de La Granja.

El funcionario no murió. Pero desde ese 28 de mayo de 2020 forma parte del conteo de baleados que llegan a las urgencias de la Región Metropolitana (RM).

Así como no existe una cifra oficial de homicidios consumados en Chile (ver reportaje), tampoco la hay de personas heridas por armas de fuego que son atendidas por los servicios de urgencia. El Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), dependiente del ministerio del ramo, respondió a este reportaje que no tiene esa estadística. Aunque existe la información, aseguraron que “actualmente no se utiliza (...) de manera nominal con fines estadísticos, ya que para hacerlo se requiere validar y codificar cada consulta ocurrida en los servicios de urgencias que, solo en el sistema público, llegan a ser 60.000 atenciones al día”.

La estadística que sí lleva el DEIS se relaciona con los egresos hospitalarios por lesiones de este tipo. La cifra muestra un incremento desde 2011 en adelante. Ese año se registraron 785 egresos, mientras que, en 2019, 2020 y 2021 se registraron 1.155, 1.444 y 915 egresos, respectivamente. Un alza que, sin embargo, no es suficiente para medir el fenómeno de los heridos de bala, pues excluye a las víctimas que son atendidas en urgencias y que finalmente no son internadas.

Este reportaje consultó vía Transparencia a los hospitales de la RM por el número de atenciones de personas baleadas realizadas en sus urgencias en la última década. Algunos, como el Sótero del Río, ubicado en la comuna de Puente Alto, respondieron que no tienen ese registro. Otros, como el San José, ubicado en la comuna de Independencia, lo manejan en detalle. Solo diez centros asistenciales de la RM tienen la estadística completa, de un total de 24 (existen más recintos que fueron inaugurados después). Ocho de estos enviaron información de heridos a bala en urgencias entre 2011 y 2021. El total de atenciones por cualquier lesión provocada por un arma de fuego –en algunos casos se contó por ingresos y en otros por egresos, por lo que la cifra no es uniforme– en esos diez años sumó 13.672, con peaks en 2014, 2015, 2019 y 2020.

Los testimonios recogidos en este reportaje igualmente hablaron de un aumento de pacientes baleados. Pero también alertaron sobre el incremento de la violencia que sufren los funcionarios de la salud. En 2019 la Subsecretaría de Redes Asistenciales implementó un registro de agresiones: si ese año se contaron 1.726, en 2022 ya van 3.556 agresiones, es decir, la cifra se duplicó.

CIFRAS DEL DEIS: SIN URGENCIAS

La noche de ese día de mayo de 2022 fue ajetreada para Cynthia Hernández, técnico en enfermería del servicio de ambulancias del Sistema de Atención Médica de Urgencia (SAMU) Metropolitano. Le tocó atender a dos personas baleadas en la misma jornada. En ambos casos llegaron cuando ya estaban muertos. El primero fue asesinado dentro de un quiosco, en una calle de Santiago centro. Se devolvían en la ambulancia cuando los llamaron de nuevo: había un segundo caso de baleo en un edificio de la misma comuna.

–Cuando pasamos por el estacionamiento, estaba el auto impregnado en sangre, el maletero abierto y este tipo estaba como en las películas de acción: tirado en la puerta, sentado, con el impacto de bala en la cara que la tenía hacia abajo, al lado de la puerta del conductor. Como que no lo dejaron subir –cuenta Cynthia Hernández.

Ella trabaja desde hace 11 años en el SAMU Metropolitano. En su opinión, la cantidad de pacientes baleados atendidos se incrementó:

–El día de semana, como que, en realidad, ha aumentado muchísimo, al menos en un 90% con relación a lo que era antes, porque ahora por todo se agarran a balazos o te van a asaltar y por un teléfono te balean.

Su percepción es compartida por otros funcionarios del SAMU, además de trabajadores de hospitales. Desde el Instituto Traumatológico afirmaron oficialmente que “hemos percibido un aumento en el número de pacientes que ingresan con diagnóstico de herida por arma de fuego”, mientras que desde el Hospital San Juan de Dios dijeron que las lesiones que ven hoy en día son más graves.

Pablo Gutiérrez, jefe de urgencias del Hospital Padre Hurtado, comentó que en los últimos cuatro años notaron que llegaban más pacientes con “balas que tienen como fin más evidente matar”. “La intención, dónde van las balas, a mi parecer, ahora es a la cabeza, directo al cuello, al pecho, lugares que son órganos nobles”, dijo Gutiérrez. Y agregó que “hoy es muy frecuente tener dos, tres, cuatro intentos de homicidio o incluso de homicidios consumados al día (…) Se hizo muy común, muy frecuente, muy doméstico. Mucho herido de bala”.

El Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) maneja información sobre todos los establecimientos desde 2011 hasta 2021, pero solo respecto de egresos hospitalarios de pacientes con heridas de arma de fuego. Son aquellos casos en que se usó una cama de algún recinto producto de una lesión de estas características, sin contar las camas de urgencia.

En esta década, el total de egresos hospitalarios contabilizados por el DEIS, de pacientes baleados, sumó 10.672. De ellos, 9.232 son egresos de la red pública y 1.440 de recintos privados. Las dos clínicas que registran más episodios fueron la Dávila, ubicada en Recoleta (al norte de la RM), y la Mutual de Seguridad de Estación Central (al poniente de la RM).

Si se cuenta la información entre los recintos públicos y privados, dejando fuera a otros organismos de urgencia (como los hospitales o SAPU comunales), los egresos hospitalarios de por herida de arma de fuego pasaron de 785 (2011) a 915 (2021): un 14% más. Con un peak de 1.444 en 2020.

En este gráfico, que agrupa a 29 establecimientos de salud pública, destaca un alza de egresos en 2020, con 1.231. Los recintos que acumularon más fueron el Hospital Barros Luco Trudeau y luego el Hospital Padre Hurtado (ambos en el sector sur de la RM).

A todas luces, el hecho de contar solo los egresos hospitalarios es incompleto para medir la cantidad de víctimas de armas de fuego en la ciudad. Dejar fuera los eventos de urgencia puede ser un problema. Por ejemplo: en el Hospital Eloísa Díaz, ubicado en la comuna de La Florida, entre 2016 y 2021 existieron 121 atenciones por arma de fuego que tuvieron como fecha de ingreso y egreso el mismo día. Fueron dados de alta en la urgencia y después se fueron a su domicilio. Entre esos años, 101 atenciones de heridos por arma de fuego del Eloísa Díaz tuvieron que hacer el tránsito desde la urgencia a la hospitalización. Solo estos últimos son los que entraron en el conteo que hace el DEIS.

AUMENTO DE ATENCIONES, PERO SIN CIFRAS CLARAS

Este reportaje consultó a hospitales de la Región Metropolitana por la cantidad de atenciones en sus urgencias por heridos por arma de fuego entre 2011 y 2021. Ocho de ellos contaban con esa información: el Hospital San José, el Hospital San Juan de Dios, el Instituto Traumatológico, la ex Posta Central, el Hospital Dr. Luis Tisné, el Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna, el Hospital Exequiel Gónzalez Cortés y el Hospital Padre Hurtado. En muchas ocasiones la respuesta fue incompleta.

La conclusión es preocupante: el Minsal no consolida información detallada de baleados en urgencias de la red de salud pública, así como tampoco de la salud municipal. En esta última área, en Puente Alto, por ejemplo, la curva es ascendente entre 2011 y 2021, pasando de 65 atenciones a 171, respectivamente. Quedan fuera, además, aquellas consultas de heridos de bala que concurren por una emergencia, pero se escapan para no ser interrogados por Carabineros. En varias de las respuestas obtenidas por este reportaje se apreció esa situación. Por último, no existe información sobre estos eventos en las urgencias de las clínicas privadas.

El DEIS señaló que “en esta cartera, se está trabajando, en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud y Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud, en avanzar hacia la interoperabilidad y el uso secundario de datos clínicos, pero este es un desarrollo sectorial que requiere dotar de mayor madurez a la información contenida en los registros clínicos”.

En las consultas en urgencias, este reportaje elaboró un listado con los ocho hospitales que poseen información entre 2011 y 2021. Uno de los peak aparece en 2019, debido al estallido social, con 1.622. En la ex Posta Central se registraron 150 atenciones por baleo ese año, más que en cualquier otro. En el Hospital del Salvador, que no entró en este conteo, se registraron 91 atenciones, cuando no supera las 15 en 2017, 2018, 2020 y 2021. Ambos recintos se sitúan cerca de las manifestaciones desatadas a partir del 19 de octubre de 2019.

Luego, entre los números de estos ochos recintos, destaca también 2020, con 1.416 atenciones. En 2014 se registraron 1.624.

En total, el Hospital San José, ubicado en Independencia (sector norte de la RM), es el recinto que más consultas por este motivo tuvo en esta década. Luego le sigue el Hospital Padre Hurtado (sector sur de la RM) y el Hospital San Juan de Dios (sector central de la RM). En total, entre 2011 y 2021 se registraron 13.672 consultas por pacientes baleados en servicios de urgencia de estos ocho establecimientos.

Muchos de los recintos consultados no tienen cifras hacia atrás. Desde el Hospital Comunitario de Til Til solo informaron casos desde 2017, al igual que el Hospital del Salvador y el Hospital de Melipilla; desde el Hospital San Luis de Buin y Paine explicaron que “la información requerida no es parte de los informes mensuales que el Hospital presenta al Departamento de Estadísticas del Ministerio de Salud”; desde el Hospital de Talagante y el Hospital de Peñaflor no tienen estas estadísticas; y por último, desde el Hospital Sótero del Río señalaron no tener la “documentación solicitada”.

Tampoco es posible medir la cantidad de baleados por medio de los partes recogidos en recintos asistenciales por Carabineros. En respuesta a una solicitud de Transparencia, la policía uniformada aseguró que no tenía información detallada.

LA INSEGURIDAD DE LOS FUNCIONARIOS

Las armas a veces llegan hasta los propios hospitales. Daniella Greibe, directora del Servicio de Salud Metropolitano Occidente, contó que a fines de noviembre de 2020 ingresó una persona al Hospital San Juan de Dios “que trajo el SAMU y que había sido herido en una riña entre bandas rivales. Los familiares del paciente, al no poder ingresar, comenzaron a insultar a los guardias y al personal, sacaron armas y el jefe de la urgencia llamó a Carabineros y a la PDI”.

Estadísticas oficiales que se miden recién desde 2019 indican que, en 2022, las agresiones a trabajadores de la salud se incrementaron respecto a años anteriores. La Subsecretaría de Redes Asistenciales reconoció que están implementando una plataforma digital que registre esta exposición y peligro, debido a que los datos no son completos y se reportan menos agresiones de las que suceden en realidad.

–Dado la escasa información cuantitativa y cualitativa (...) de la violencia, la Subsecretaría de Redes Asistenciales entiende que sin datos, registros e información, no se puede tener una verdadera dimensión de la magnitud de esta en la red asistencial –indicaron desde esa repartición.

El personal que trabaja en las ambulancias SAMU está expuesto. A veces los amenazan con pistolas. Así lo relató Cynthia Hernández, por un episodio ocurrido en 2018, en una casa del barrio Franklin. Llegaron al lugar, subieron a un altillo y vieron a una persona en el suelo. Mientras lo atendían fueron apuntados con armas por dos personas.

Un conductor del SAMU, de iniciales J.M., señaló que en 2018 una bala entró a una ambulancia y “pegó aproximadamente a 10 centímetros de la cabeza de un reanimador”. Fernando Zapata, doctor y secretario de la Asociación de Funcionarios del SAMU Metropolitano, dijo que al apretar un botón –que lo tienen las ambulancias del SAMU–, similar a uno de pánico, se alerta a todos los móviles cercanos para que vayan a prestar cooperación, además de avisar a Carabineros. A pesar del riesgo, Zapata indicó que “no tenemos estadísticas georreferenciadas de las zonas que puedan ser más complicadas, sino que llevamos una estadística global”.

El Servicio de Salud Metropolitano Norte (SSMN) envió como ejemplo un reporte de agresiones. Es una planilla Excel que registra 46 denuncias de funcionarios entre mayo de 2021 y octubre de 2022, provenientes en su totalidad del Hospital San José. Los servicios también han trabajado con la Subsecretaría de Prevención del Delito.

Las agresiones subieron. Si en 2019 el mecanismo del Minsal contó 1.726, en 2022 la cifra ya va en 3.556. El subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos, reconoció que estiman que esta cifra es más baja de lo que realmente ocurre.

El jefe de urgencia del Hospital Padre Hurtado, Pablo Gutiérrez, entregó otros detalles sobre la inseguridad en ese lugar. Contó que tienen naturalizado agacharse cuando oyen tiros o “que lleguen balas al sexto piso cuando uno está trabajando, o que pasa que un familiar rompe la pared a combos mientras tú estás al lado”.

NIÑOS DE QUIÉN

El 5 de febrero de 2022, ocho personas llegaron baleadas a la urgencia del Hospital El Pino, en San Bernardo. Nunca se supo qué fue lo que ocurrió. Las víctimas, casi todas jóvenes, venían de la villa Cordillera de Los Andes. Allí y solo hace minutos, dos bandas se habían disputado la calle a tiros.  

El Centro de Investigación y Proyectos Periodísticos (CIP) de la Universidad Diego Portales documentó cada capa de esta historia: una de drogas, plomo y sangre… una, más bien, de abandono en un barrio donde todo ha fallado.