¿Cómo llegó a impactar la IA en el periodismo? ¿Consideras que estábamos preparados como profesión para estas tecnologías?

La inteligencia artificial ya estaba impactando en el periodismo, sobre todo, a través de algunas herramientas que usamos los periodistas y los editores todo el tiempo. Y que tienen embebidas en su operación algún elemento de inteligencia artificial o Machine Learning, y eso ya lleva algunos años. Es cierto que ahora con el surgimiento de los chatbots como ChatGPT, la herramienta parece estar mucho más utilizable por periodistas de manera directa y creo que estamos recién en la infancia, dando los primeros pasos y experimentando. Creo que es la etapa que corresponde ahora, sobre todo, de experimentación y aprendizaje.

¿Cuáles crees que son las desventajas y ventajas que tiene la inteligencia artificial en el periodismo? ¿Cómo aporta hoy en día?

Creo que esta herramienta todavía no está lo suficientemente desarrollada como para producir contenido por sí mismo, y hemos visto entonces algunos problemas en ese sentido de medios o periodistas que le piden a la inteligencia artificial que escriba un artículo y posiblemente no está preparada porque, entre comillas, si una inteligencia artificial ha sido mal alimentada en términos de datos, lo que va a producir son estereotipos, errores, sesgos o lo que fuese. Y en cambio, sí creo que hay algunos ámbitos, por ejemplo, transcripción de textos, resúmenes de textos o creación de gráficos, en donde la inteligencia artificial ya está agregando valor, ya está ayudando a los editores y a las periodistas a hacer mejor su trabajo.

Con respecto al tema ético, ¿Cómo crees que influye eso en la redacción periodística?

Por un lado, me parece que siempre que se utilice la inteligencia artificial de manera directa para producir contenidos, yo creo que el lector debería saberlo. El lector debería estar al tanto. Yo produzco una newsletter todos los sábados, en donde les indico a los lectores cuál es la utilización de herramientas de inteligencia artificial que yo hago para la producción de esta.

¿Ese fue un trabajo tuyo hecho con inteligencia artificial?

Sí. Yo saco todos los sábados una newsletter de actualidad, pero que le presta mucha atención a la inteligencia artificial hace más de un año, previo a este boom. Todos los textos son editados por el autor y los errores son exclusivamente del mismo. De alguna manera, yo creo que no se puede, y ahí hay un tema ético muy importante, no se puede trasladar la responsabilidad de los errores a las herramientas que uno usa. El editor y el periodista tienen que hacerse cargo, digamos, en ese uso, que ponen de su parte todo el trabajo que sea necesario para evitar los errores.

¿En RED/ACCIÓN tienen otro trabajo que desarrollen con inteligencia artificial?

Nosotros usamos Echobox. Es un sistema que te permite republicar contenido en las redes sociales de manera más o menos automática. En un principio, en algún caso por ahí un periodista en el momento del reporteo utiliza tal vez el chat Perplexity o el sitio you.com, algunas herramientas que, sobre todo cuando te dan fuentes, son más útiles para el trabajo periodístico que ChatGPT, por ejemplo, que no te ofrece fuentes.

¿En qué está RED/ACCIÓN hoy, sobre todo, vinculado a la inteligencia artificial?

Hoy estamos muy enfocados en audiencia millennial, haciendo nuestra pieza principal del día con esas características, ejecutando esas prácticas periodísticas en particular y algunos otros temas de tecnología, bienestar, cultura, espectáculos. Uno de los subproyectos de redacción se llama Human Journalism Network y se encuentra en humanjournalism.org, una red de medios internacionales que compartimos contenidos, que fue creada e impulsada por RED/ACCIÓN (...). Cada medio comparte algunos de sus contenidos, el equipo de RED/ACCIÓN hace una suerte de edición global: traducción, ajustes, instrucción, para que todo el resto de la red pueda republicarlos. Vamos a aprovechar esas notas para testear algunas herramientas de inteligencia artificial, que permiten funcionar como una suerte de copiloto del editor, en términos de análisis de un texto y sugiere ajustes, agregados y otras cosas.

¿Qué opinas tú acerca de que en algún futuro la IA pueda reemplazar puestos de trabajo?

Esta tecnología todavía está bastante inmadura para reemplazar enteramente el trabajo de un periodista. En todo caso sí puede hoy asistir para hacer su trabajo mejor, más rápido con más volumen y demás. Yo creo que depende de qué trabajo estamos hablando. Hay trabajos que hacen los periodistas que seguro van a ser reemplazados por la inteligencia artificial por ejemplo, lo que ha ocurrido este año con las transcripciones de audio (...), hay algunas herramientas de inteligencia artificial de edición de vídeo que son muy potentes. No puede tener lo que nosotros conocemos como imaginación y ahí creo que hay un universo de creatividad (...). Lo propiamente humano va a estar mucho más en juego y ese es el espacio entonces de crecimiento potencial, para mí, para periodistas y editores.

¿Qué actividades no podrían ser reemplazables nunca por la inteligencia artificial?

Yo creo que los medios siempre van a necesitar editores, que tomen decisiones editoriales, en términos por ahí de priorización de temas, en términos de focos, que involucran también una dimensión ética y una dimensión profesional que en algún punto pueda o deba ignorar la historia, las preferencias de la audiencia, y un largo etcétera.

¿Cuáles son los principales desafíos a corto, mediano y largo plazo que tú ves en la inteligencia artificial con el periodismo?

A corto plazo el desafío principal es experimentar y que todos en su alcance y en su radio de operación, se hagan el tiempo para probar herramientas, casi también en modalidad de juego y para aprender, no para publicar. En un segundo momento, yo creo que las redacciones van a adoptar procesos en los cuales la inteligencia artificial esté verdaderamente implicada y aprovechada. Y a largo plazo me imagino que si logramos como industria detectar qué cosas podemos delegar en inteligencia artificial, habremos ganado tiempo, espacio y músculo para hacer aquellas cosas más significativas que conecten con la audiencia, para contar historias en terreno.

Por Fernanda Ávila, Ignacia Arriagada y Tomás Urra